Desde hace muchos años la palabra “dominante” ha estado en boca de muchos tutores, adiestradores y educadores caninos para referirse a la personalidad o comportamiento de los perros.
Esta palabra, muy mal entendía y peor explicada, ha dado lugar a muchas intervenciones poco respetuosas con la salud y bienestar de los peludos, los cuales además de ser incomprendidos se han visto sometidos con violencia por los humanos.
¿Qué es la Teoría de la Dominancia?
La teoría de la dominancia en perros se originó a partir de observaciones superficiales de comportamientos que se interpretaron como jerárquicos. Según esta teoría, se cree que los perros están constantemente buscando establecer una posición dominante o sumisa en su relación con los humanos y otros perros. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja.
¿A qué nos referimos cuando decimos que un perro es dominante?
Generalmente la gente habla de dominante cuando su perro muestra conductas como: gruñir, marcar con la boca o morder, ponerse encima de otro perro/persona, marcar dentro o fuera de casa, incluso marcar a otros individuos.
Llegando a llamar dominancia también a pasar primero por las puertas, intentar comer primero, tumbarse en sofás, camas o sillas, competir o ser muy efusivos en juegos como el tira y afloja, o hacer sus necesidades dentro de casa. Pero ¿todo esto es dominancia?
La creencia de la existencia de perros dominantes nace del análisis del comportamiento de los lobos en manada y se sostiene en los siguientes puntos:
La estructura social de los lobos se ha explicado siempre como una jerarquía de dominancia lineal en la que hay una lucha o ambiente constante en la que los machos se debaten por ser el lobo alfa y dominar al resto de manada.
Los perros de compañía descienden de los lobos y, por lo tanto, debe aplicarse la misma estructura. Los perros tratan de dominar y dirigir la manada en caso de que nosotros no tomemos ese rol. Por ello, los humanos tenemos que estar preparados e implantar con firmeza límites y estructura.
El problema de este planteamiento es doble. En primer lugar, la agresión con facilidad tiende a ir en aumento, la comunicación del perro sigue sin entenderse, y, en segundo lugar, tanto para los lobos, los perros, como para los humanos existen otras posibilidades de elección distintas de la dominancia o sumisión. Y mucho más beneficiosas.
Desde hace tiempo la ciencia ha demostrado y confirmado que:
La estructura social de los lobos es más compleja y sofisticada que una jerarquía lineal. Esto es una visión muy simplista. Y, de hecho, los lobos generan alianzas, tienen compañeros dentro de la manada y viven juntos en armonía.
Los perros son MUY distintos a los lobos. Y, de hecho, no provienen de ellos. Sino que ambos tienen un antecesor común. El desarrollo de la especie canis lupus familiaris (los perros que conviven con nosotros en casa), lleva evolucionando y criándose de forma selectiva durante miles de años, precisamente aumentando la tendencia a la socialización entre ellos y con los humanos.
Si los lobos y los perros fueran iguales, ¡también tendríamos lobos en casa! Ciertamente, las reglas y límites son importantes y deben enseñarse dentro de cualquier grupo social (como una familia). Además, todos los individuos cumplimos roles dentro de los grupos, que pueden ir variando según con quién estemos y dónde (como los humanos).
El mayor gozo de convivir con un perro, consiste precisamente en formar parte de la creación de un vínculo inter-específico genuino y respetuoso con las necesidades de ambos individuos. Formar un equipo, donde uno y otro nos complementamos, no competimos.
La teoría de la dominancia en perros ha sido un mito arraigado en la cultura popular, pero es crucial cuestionarla a la luz de la investigación científica actual. Adoptar enfoques más modernos y comprensivos no solo mejora la relación entre humanos y perros, sino que también promueve un entendimiento más profundo y respetuoso del comportamiento canino.
Disfruta de tu perro y disfruta de vuestra convivencia. Y si hay algún problema en vuestro día a día que genera un malestar a cualquiera de los dos, no dudes en contactar con un profesional que te ayude a entender lo que sucede y abordarlo. ¡Seguro que en equipo lo superaréis! Haz clic aquí para coordinar una consulta con nuestro equipo de educadores caninos.